Aunque la medida es un poco exagerada, hay pruebas de que este hábito podría tener múltiples beneficios para quien lo practica.
¿Has pensado alguna vez en todos los lugares por donde pasan tus zapatos durante el día? Ciertamente, si lo haces, encontrarás muchas razones para preocuparte.
La costumbre de sacar tus zapatos antes de entrar en casa es una tradición japonesa que está cobrando importancia en muchos otros lugares del mundo.
Las suelas de los zapatos, diariamente, se llenan de miles de bacterias y microorganismos que pueden causar enfermedad cuando, por ejemplo, nuestro sistema inmunológico es débil.
¿Por qué quitarte los zapatos y dejarlos en la entrada de la casa?
Como decimos al principio del artículo, la costumbre de sacar tus zapatos antes de entrar en casa es una tradición japonesa que está ganando importancia en varios otros lugares del mundo.
Consiste en permanecer descalzo poco después de llegar de la calle, poner tus zapatos en una sala especial al lado o en un espacio específico para ellos, como un zapatero.
En la cultura de Japón, esto se realiza por razones de higiene, aunque también es un signo de respeto por el espacio privado.
Esta medida también se lleva a cabo en restaurantes, escuelas, academias y muchos otros lugares frecuentados por los japoneses.
En la actualidad, muchos expertos están tratando de aprender más sobre el tema y, efectivamente, se ha podido certificar que los zapatos son una fuente común de patógenos peligrosos.
Los zapatos tienen más bacterias que un inodoro
En 2012, una curiosa investigación empírica ha demostrado que los zapatos pueden ser una buena fuente de información sobre la personalidad de los individuos.
Podrían reflejar un promedio de la edad, sexo, condición económica y aún otro rasgo psicológicos.
Lo que no sabíamos hasta ahora era que estos accesorios tan indispensables en nuestra vida diaria, son una gran fuente de bacterias, incluyendo más que un inodoro.
En un estudio realizado en 2008 y dirigido por Charles Gerba, profesor de Microbiología de la Universidad de Arizona, se ha demostrado que en sólo dos semanas de uso, unos zapatos llegaron a acumular unas 420.1000 bacterias en su parte externa, de las cuales, aproximadamente el 96% provienen de heces.
Según el trabajo del profesor Gerba, de todas las bacterias identificadas en los zapatos, aproximadamente el 27% fueron de la especie e. coli, microorganismos que habitan en los intestinos de los seres humanos y animales.
El investigador sugiere que esto puede pasar por el contacto frecuente que el zapato tiene con la materia fecal, ya sea en la calle como en algunos lugares públicos.
Aunque la mayoría de las cepas de e. coli no causan problemas de salud, en algunos casos desencadenan en enfermedades y episodios de diarrea crónica.
Entre los miles de microorganismos encontrados en los zapatos, también se encontraron cantidades relevantes de las bacterias Klebsiella pneumoniae y Serratia marcescens.
La bacteria K. pneumoniae es uno de los responsables de las infecciones del sistema urinario, la neumonía y otras enfermedades de los tejidos blandos y heridas abiertas.
Y la bacteria s. marcescens puede provocar conjuntivitis, queratitis y, en raras ocasiones, meningitis y endocarditis.
Las dos variedades de bacterias son las que atacan el cuerpo cuando no tienes suficientes anticuerpos para defenderte.
Sin embargo, es importante aclarar que las probabilidades de infección por las bacterias de los zapatos son mínimas, a menos que, por alguna razón, entren en contacto directo con la boca o alguna herida abierta.
Tienes que darte cuenta que hay muchas maneras de llevar las bacterias a nuestro hogar, y que un cuerpo sano tiene defensas para combatirlas.
Aun así, es recomendable evitar riesgos y adoptar medidas simples.