Para obtener un remedio realmente efectivo es necesario usar sal de alta calidad, como la sal marina entera o la del Himalaya. Es importante que la sal sea completamente natural y sin tratamiento.
La ventaja de estos tipos de sal es su riqueza particular de minerales, que son absorbidos por el cuerpo junto con el calor y pueden absorber el exceso de humedad.
Cómo se prepara
Para preparar la sal caliente, vierta un puñado de sal gruesa (o más si el área a tratar es más grande) en una olla. Caliente hasta que la sal comience a liberar humo, apague la estufa y vierta el contenido en un paño o una toalla.
Aplique la compresa de sal caliente en el área afectada por el dolor, teniendo cuidado de no quemarse (espere unos minutos si la sal está demasiado caliente). Aplicar durante unos 15-20 minutos, o hasta que la sal vuelva a la temperatura ambiente.
Este tratamiento se puede repetir todos los días, reutilizando la misma sal.
Cuando utilizar la sal caliente
Las compresas de sal caliente pueden ser útiles en muchas situaciones y es un remedio natural seguro y eficaz también para los niños.
Estos son los problemas de salud más comunes donde se puede experimentar la sal caliente: bronquitis, sinusitis, resfriado, dolor cervical, dolor menstrual, dolor de espalda, dolor de muelas y dolor en los oídos.