La leche de almendras contiene fibra, magnesio, potasio, hierro y calcio, propiedades minerales que la posicionan entre las más apetecidas de las leches vegetales.
Es un alimento natural que podemos hacer nosotros mismos sin adición de químicos ni procesos que alteran el producto.
No contiene lactosa, gluten ni alimentos alérgenos que nos puedan provocar intolerancias o alergias alimenticias.
Las ventajas son muchas, a diferencia de la leche animal, la leche de almendras no contiene ácidos, hormonas ni antibióticos, posee nutrientes naturales y su perfecta proporción de omega 3, 6 y 9 y gran cantidad de vitamina E mantienen sanos la piel, pelo y uñas.
Veamos los beneficios de esta bebida natural antioxidante y nutritiva:
Ayuda en el rendimiento intelectual:
Su ingesta es muy adecuada para incrementar la labor del cerebro. El fósforo que se encuentra presente en las almendras favorece la concentración y la memoria, por lo que es útil en etapas de exámenes e intensa actividad intelectual.
Combate la osteoporosis:
El calcio de las almendras es beneficioso para frenar la pérdida de masa ósea. Este mineral es imprescindible para mantener los huesos, dientes y encías fuertes y además contribuye con la reducción de la hipertensión e interviene en la actividad neuromuscular.
Alimento antiestrés:
El agotamiento mental y físico y el cansancio nos acechan a diario. Una buena manera de contrarrestar sus efectos es mediante los oligoelementos (en cantidades pequeñas). La leche de almendras aporta energía debido a su contenido de cobre, manganeso y zinc.
Previene enfermedades cardiovasculares:
Contiene ácido oleico presente en las grasas y aceites naturales, ayudando a reducir el riesgo de padecer estos males, que son la causa número uno de muertes en el mundo. Porque regula los niveles del colesterol, los triglicéridos y el peso corporal. Protege las paredes del intestino y también contiene ácido linoleico, que equilibra el sistema nervioso.
Retarda el envejecimiento
Es un efectivo antioxidante natural gracias a la vitamina E. Actúa ante la excesiva presencia de los radicales libres, responsables del desgaste de los tejidos, y resguarda las células de sustancias tóxicas. Como si fuera poco, evita que se deteriore el colágeno y elastina, imprescindibles para mantener la firmeza y elasticidad de la piel.
¿Cómo se prepara?
Es muy fácil de preparar la leche de almendras, veamos:
- Deje remojar 1 taza de almendras durante 8 a 12 horas, o durante toda la noche. Luego, bote el agua y enjuague.
- Licúe con 750 cc a 1 litro de agua y filtre con una malla fina o visillo exprimiendo el residuo que queda, el cual se puede aprovechar en la preparación de galletas, pan o barritas de cereal.
- La puede tomar fría o caliente y también agregarla en licuados de frutas, saborizar con cacao, canela, jengibre, coco o el ingrediente preferido. Y endulce con miel de abejas, de arroz, azúcar integral o stevia.
Estamos listos para preparar nuestra leche de almendras, fácil y alcance de todos. ¿Te gustó? ¡Comparte con tus amigos! Hasta la próxima.
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