¿Por qué un nieto es tan importante en la vida de los abuelos? Te lo contamos

¿Tus hijos saltan de contentos cada vez que van a visitar a los abuelos? Y claro… no es para menos, porque la casa de los abuelos es como estar en casa, ¡pero mucho mejor!






Los abuelos construyen con los nietos, una relación de intercambio a través de la ternura. Ellos representan un punto de anclaje, de referencia, de seguridad afectiva y apoyo para los niños. Su presencia establece la idea de pertenencia a una familia y de reconocer una línea de descendencia. ¡Qué tesoro tan grande tienen los que aún pueden disfrutar de ellos!

La abuela es la que cuenta cuentos, prepara las comidas más ricas y conoce canciones que nadie sabe. El abuelo es el que nos acompaña a andar en bicicleta, juega a la pelota o comparte nuestro programa favorito en la televisión.



Carla recuerda a su abuela: “Si cierro los ojos y recuerdo las pastas de la abuela María, todavía puedo sentir ese aroma que me transporta a un momento de mi vida maravilloso. Con qué alegría nos reuníamos en su casa con tíos y primos para pasar el domingo todos juntos. Mi abuela se levantaba temprano a amasar, pero no le importaba, porque su mayor satisfacción era tenernos a todos juntos riendo y pidiendo, “¡Quiero más, abuela!”.

Hoy que tengo 38 años y que la abuela María ya no está, valoro esa sensación de seguridad y la felicidad de los domingos en familia. Trato por todos los medios de darles eso a mis hijos, porque hoy entiendo lo importante que es. Los recuerdos son imborrables. ¡Cómo te extraño, abuela!”

Los abuelos dejan una marca indeleble en nuestra memoria y cuanto más pasa el tiempo, entendemos lo importante que fueron para nuestra niñez, pero… ¿qué tal si nos hacemos la pregunta al revés? ¿Qué representan los nietos para los abuelos?






Aquí también alguien comparte su experiencia. Carmen, de 68 años, habla de su nieto Joaquín: “Mi hija tenía problemas para quedar embarazada y cada tratamiento que fracasaba era una desilusión que yo vivía por partida doble, porque me apenaba verla triste y me desilusionaba en mi anhelo por ser abuela. Hasta que sin pensarlo, recibimos la noticia de que mi nieto estaba en camino. ¡Fue como revivir! Todavía no había nacido y ya lo amaba con todo mi corazón.

Cuando finalmente llegó a nuestras vidas, no puedo explicar la emoción que sentí. Hoy es mi cable a tierra, mi momento de luz, la razón de muchos cambios en mi vida. ¡Hasta aprendí sobre fútbol para acompañarlo! ¿Qué puedo decir? Ser abuela, es lo mejor que me pasó.”

La llegada de los nietos enriquece la vida de las personas que se convierten en abuelos. ¡Algunos hasta se olvidan de los “achaques” de la edad! Y experimentan sensaciones nuevas que van más allá del sentimiento de amor que les inspiran los nietos.


1) Revivir.

La llegada de los nietos viene a poner una cuota inmensa de energía a quienes se convierten en abuelos y rápidamente comienzan a recordar todo lo que se refiere al cuidado de un bebé.

Los nietos resultan en una inyección de juventud para los abuelos que a partir de ese momento, sienten que tienen mucho para dar y quieren hacerlo, de modo que además del amor incondicional que están dispuestos a dar, los abuelos recuperan la vitalidad necesaria para adaptarse al ritmo de los nietos.

2) Aprender.

No importa la edad que tengamos, siempre podemos seguir aprendiendo y la llegada de los nietos se convierte en la oportunidad ideal. Ellos nos permiten entrar en un mundo nuevo de juegos, novedades e intercambio que fascinan tanto a unos como a otros.






El compañerismo y la complicidad, nos enriquecen y afianzan esta estrecha relación. Los nietos inscriben en el presente a los abuelos.

3) Aprovechar.

Cada minuto con nuestros abuelos, vale oro, pero también cada minuto que los abuelos que pasan con sus nietos, no tiene precio.

A esta altura de sus vidas, los adultos mayores entendieron que el tiempo es muy valioso y saben que quieren disfrutarlo con sus seres queridos. ¿Y quiénes más queridos que los propios nietos?

Es momento de ir a la plaza, andar en bicicleta, ir al cine y aprovechar una salida de mamá y papá para que los nietos pasen un divertido fin de semana en casa de los abuelos. ¡Es la ocasión perfecta para mimarlos!

4) Enseñar.

Las abuelas orgullosas que enseñan una receta de cocina o el paciente abuelo que nos ayuda con las tareas, también son recuerdos imborrables en la memoria de los nietos. Pero no sólo eso, porque principalmente es la oportunidad para que los abuelos sientan que afianzan su relación con las siguientes generaciones y dejan un poco de ellos en cada uno de sus nietos, contando historias familiares que nos permiten saber un poco más sobre nosotros mismos.

La idea de que como abuelos estamos construyendo una parte de lo que serán nuestros nietos cuando sean adultos, es una gran responsabilidad. Pero sabemos que podemos hacerlo, porque nos guían el amor y las buenas intenciones.

Somos más lentos, pero estamos más dispuestos; porque los abuelos destinan una parte importante de sus vidas a enseñar y guíar, gracias a la paciencia y la calma que aportan los años.
¿Y tú? ¿Cómo te sientes siendo abuela? ¡Comenta y comparte!

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